Dos son las pasiones que ocupan mi tiempo libre, una, la que comparto con mi familia, y la otra, que me acompaña en mi soledad, deseada soledad.
Una es el Surf, deporte que practico desde hace cinco años, en los cuáles he ido superando miedos, descubriendo capacidades, conociendo nuevas amigos y amigas, y aprendiendo a disfrutar aún más de la vida.
La otra, la fabricación de Jabones Artesanales, vocación de pequeña brujilla, sueños de alquimista, elaboradora de pócimas suaves y fragantes, sin remedios milagrosos, con la verdad de las hierbas y de nuestra irremediable naturaleza humana.
Así que entre espumas y mares anda mi vida. Espumas de olas, espumas de baños, espumas de leches, blancas confabuladas en limpiar mi alma y mi piel, de la contaminación de las prisas; de la decepción de algunos encuentros; de los sueños frustrados por no saber que no hay que esperar nada de nada, porque las cosas llegan como tienen que llegar. Y entre los mares de sueños juveniles sigo hundida; como danzar entre las cuerdas de los pentagramas, ser artesana de un oficio milenario y seguir el placentero naufragio de ser amante de las causas justas, los ojos claros y las bocas sinceras.
